- Cogemos dos manzanas, una pequeña y una grande. Le preguntamos a los niños que si ellos tuvieran mucha hambre ¿qué manzana de las dos se comerían?
Los niños o pueden contestar
“esa” “aquella” o bien “la grande”. Si
solo algunos niños son los que contestan la grande, nos callamos, pero si son
todos los niños los que contestan que la manzana grande, les preguntamos que
porqué no se comerían la otra, para comprobar que también se expresan con la
palabra “pequeña”.
Para cuando contesten “esa o
aquella” cambiamos ahora las manzanas de posición y lo mas probable es que
contesten “esa o aquella” señalando a la manzana grande. Les preguntamos porque
se comerían esa y atendemos a la explicación que nos dan, y les diremos a lo
que ellos llaman “tal” que se dice grande. Y a lo que llaman “cual” le diremos
que se dice pequeña.
Después les enseñamos las tijeras
y les preguntamos cual de ellas es más pequeña, después haremos lo mismo con la
silla de la profesora y con las de ellos, les preguntaremos porque la profesora
se sienta en esa silla y no en las otras, para obligarles que nos digan que esa
silla es grande y la otra pequeña.
- Después cogemos un lápiz y un libro y le preguntamos ¿Cuál es grande? Nos responderán que el libro, y sin contestarles ponemos al lado del libro un balón y les volvemos a hacer la misma pregunta. Ahora nos dirán que es el balón.
Cuando ocurre eso le decimos ¿no
decíais que el libro era mas grande? Y escuchamos todo lo que nos dicen.
Jugamos con los tres objetos hasta intentar que alguien nos diga que el balón
es más grande que el libro y que el libro es más grande que el lápiz. No hace
falta que los niños digan las expresiones correctamente, pero nos tiene que
quedar claro que lo entiende y después de comprobar que ellos lo comprenden
enunciaremos nosotros las expresiones correctas.
Estas actividades también se
pueden practicar con todos los objetos que encontremos en el aula, siempre
consiguiendo que los niños piensen.
- Fichas para la actividad
- Materiales para la actividad
- Conclusiones
Realizar preguntas del tipo: ¿Son grandes vuestras sillas? ¿Y la mía? ¿Es grande mi abrigo? ¿Y el vuestro?... Comparar de forma real dos a dos cada uno de los elementos propuestos.
Prestar ropa nuestra a los niños y comprobar que les queda grande. Después trataremos de ponernos algo de los niños. Hacerles observar que nos queda pequeño.
Preparar un pliego grande de papel continuo. Mojar la palma de la mano en témpera de distintos colores y estamparla en el mural. Pedir la colaboración de otros niños y adultos del colegio para que también estampen sus manos. Compararlas después. Pegar un gomet en las más grandes.
En revistas y cuentos distinguir las manos (pies, juguetes, animales...) grandes de las pequeñas. Repartir cuatro objetos recortados previamente de las revistas. Pedir a los niños que peguen en un folio el objeto más pequeño que hayan encontrado.
Colocar en una mesa objetos de distintos tamaños. Llamar a los niños para que busquen cuál es el más grande y cuál el más pequeño. Después, realizar comparaciones de dos en dos objetos. Comparar partes de nuestro cuerpo -manos y pies, por ejemplo- con los de otros niños y adultos, si es posible. Para ello, dibujar la silueta de las manos de cada niño en la pizarra. Dibujar también la nuestra. Decir cuál es la más grande y cuál la más pequeña. Proceder de igual forma con las huellas de los pies, realizando su silueta sobre un papel continuo en el suelo.
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